Cristóbal Cobo

Sigo sorprendido por Lim Ding Wen. Pero más impresionado estoy por lo que hay tras de éste fenómeno. Este niño de 9 años inventó una aplicación para pintar digitalmente con el dedo en iphone. El desarrollo ya cuenta con miles de descargas. En la noticia se indica la cantidad de lenguajes de programación que este pequeño ya domina. Si yo fuese amigo del padre de ese niño le recomendaría que vigile que el colegio en el que estudia Lim no liquide sus habilidades, creatividad y talento. Porque desafortunadamente muchas veces eso es lo que termina ocurriendo.

Profesores que penalizan el usar el celular en clases, enviar SMS, usar Internet como fuente de información, copiar un mapa o cualquier otra cosa “rara”. Me encantaría pensar que estoy equivocado, pero mientras más información recopilamos, más parece que la realidad supera los síntomas.

El brillante Sir Ken Robinson (de quien hemos hablado) agrega “the education system needs to be not just reformed, but transformed – and urgently. In times of economic crisis, we need to think more creatively than ever”. En la misma nota Burnard de Cambridge señala con más optimismo ” to educational debates in the UK (…) We have witnessed considerable initiatives aiming to put creativity into the curriculum“. Discusión “algo” lejana al contexto regional, donde lo único que vale es la calificación y el ranking.

Castaño Collado (*) en un recomendable artículo, que desarrolló tras una estadía en Harvard, sugiere acertados aspectos, que creo el mundo de la educación debiese tener en cuenta. Especialmente por los riesgos de segregación que ofrece esta “segunda brecha digital”. Aquí un breve extracto:

• “Si una parte importante de la ciudadanía no adopta las innovaciones consideradas cruciales, ello puede generar desigualdades económicas y sociales y reforzar otras previamente existentes”.
• “Si existen factores que retrasen la adopción de estas innovaciones por parte de los ciudadanos, la eficiencia económica y el bienestar social se verán afectados por esta falta de adecuación del capital humano”.
• “Ciertos segmentos de la población, con un nivel socioeconómico más elevado tienden a apropiarse de la información a una velocidad más rápida que los del nivel más bajo, y de esta manera la brecha entre estos segmentos tiende a aumentar en lugar de a reducirse» (Tichenor, Donohue y Olien, 1970, citado en Rogers)”.
• “Además de habilidades para leer y escribir (en muchos casos en inglés), [se] requiere cierta capacidad para buscar información, procesarla y utilizarla para alcanzar determinados objetivos”.
• “La segunda brecha digital está relacionada, por tanto, con la brecha del conocimiento y, más específicamente, con las “habilidades digitales” (digital skills o e-skills) necesarias para vivir y trabajar en sociedades caracterizadas por la importancia creciente de la información y el conocimiento, lo que se denomina como digital literacy”.
• “Las estadísticas muestran que existe una relación positiva entre el capital humano de una persona y su uso privado del ordenador e Internet”.

Por todos estos motivos es que resulta una estupenda noticia que la OCDE haya anunciado que en su prueba de PISA de este año incluirá todo un apartado relacionado con el desempeño en el uso de las tecnologías (más info en la blog de e-competencies donde ya empezamos a publicar). [Gracias a R. Balaguer por la información].

Sin embargo, ése es apenas el primer paso. Comparto con J. Moravec quien plantea que las competencias básicas del siglo XX estuvieron relacionadas con el hacer (habilidades basadas en el texto), en el XXI el centro parece estar en el saber (habilidades en el uso de las tecnologías) y, posteriormente, iremos avanzando a una sociedad que presta más atención a la creatividad y la innovación. Un aspecto aún invisibles incluso para los test de la OCDE.

(*) Castaño Collado. 2008. Nuevas tecnologías y género. La segunda brecha digital y las mujeres. Revista TELOS (Nº 75)

Fuentes relacionadas:

Rishika Sahay. Causes and Trends of the Digital Divide. LSE. [apuntes]

OECD. Trends Shaping Education – 2008 Edition

Previamente publicado en Ergonomic